Bueno, pues Vladímir Vladimiróvich ha vuelto a justificar lo suyo con una nueva idea política absolutamente no-Nazi y antiimperialista: los "Estados-civilización".
Básicamente, existen dos clases de Estados: los Estados-civilización, que son distintos, eternos, fundamentales y que no se pisan los pies los unos a los otros, y luego los otros estados, que son simplemente rayas pintadas en mapas, hacen lo que los estados civilización les dicen y existen solo por la voluntad de estos.