Como ya he dicho en alguna ocasión, la situación con el Carlangas hace que Felipe VI no tenga otra opción sino elegir entre ser un buen rey y ser un buen hijo.
Aquí Peñafiel vende abiertamente la segunda opción. Al fin y al cabo, piensa él, piensa el monarquismo español, el desprestigio de los Borbones puede darse por sentado porque nunca será tan malo como cualquier alternativa.